La evacuación de las aguas residuales es un deber municipal en un sentido general. Las estaciones depuradoras actuales son cada vez más eficaces. Por este motivo, la pileta vertiente y la zona conectada se agrandan inevitablemente. En consecuencia, la distancia entre el abonado y la estación de depuración es cada vez mayor.
Además, incluso los sectores alejados son a menudo sometidos a contratos de conexión o enganche, lo que conlleva tener que transportar cada vez más, cantidades pequeñas de aguas residuales a distancias más largas.
El resultado de esto es que el agua se retiene por gran tiempo dentro de la red, volviéndose a un estado anaeróbico que produce acidificación y putrefacción por la generación de H2S y malos olores, sobre todo en lugares donde el caudal es muy irregular como sitios turísticos (campings, hoteles…) y sitios de paso (baños en autopistas…) donde el caudal puede ser grande en verano o durante el día y pequeño en invierno o durante la noche.
La técnica moderna se ha aplicado para dar una respuesta a dicha problemática, creando el sistema Gulliver o bombeo neumático de aguas residuales.
Una instalación de impulsión neumática se utiliza sobre todo donde se cree que las aguas usadas son anaeróbicas en razón de un tiempo de estancia en la red demasiado largo. En el caso de una instalación neumática, se incorpora oxígeno (alrededor de 5-7 mg/l) en cada arranque de los compresores, permaneciendo las aguas residuales presentes en la conducción en estado aeróbico.
Además, la conducción de impulsión es vaciada y limpiada enteramente por medio de los compresores al menos una vez al día. De esta manera los problemas de sedimentación y obstrucción en la conducción de impulsión no aparecen con este proceso, y se evita además el desarrollo de H2S (que trae consigo la putrefacción, degradación biológica y se come el hormigón) y malos olores.
El sistema Gulliver es válido además para el transporte óptimo del agua residual incluso para largas distancias (12km) y grandes alturas (130mts).
Para instalaciones de caudales pequeños a medianos ofrecemos una llave en mano: nosotros fabricamos las instalaciones en nuestra propia compañía, creando una estructura de hormigón prefabricado e instalando nuestro sistema Gulliver en su interior. Después lo transportamos a obra y lo colocamos en la zanja que ustedes hayan preparado, conectamos las tuberías de entrada y salida y le damos fuerza a la instalación, comprobamos que todo funciona correctamente y lo dejamos en marcha.
El proceso de funcionamiento del bombeo neumático se realiza por un autómata programable (SPS). Se divide el proceso en dos partes:
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